Enfermedad de Newcastle, ¿cómo se transmite y cuáles son las medidas de prevención?

La enfermedad de Newcastle es una enfermedad viral muy contagiosa que presenta unas implicaciones considerables para el sector avícola y aves salvajes. La provoca una virulenta cepa del paramixovirus aviar de tipo 1 y supone una grave amenaza para la salud y el bienestar de las aves. Asimismo, puede tener un efecto social y económico devastador en el sector avícola. Por ello, resulta crucial adoptar medidas preventivas, entre ellas de bioseguridad, para mitigar el riesgo de brotes en las explotaciones avícolas.

¿Cuáles son los síntomas del virus de la enfermedad de Newcastle (VEN) en las aves infectadas?

El VEN provoca una infección y puede mostrar síntomas clínicos en diversas especies de aves. La gravedad de la enfermedad dependerá de varios factores como la cepa del virus, la edad, el estado de salud y si el ave está vacunada o no. Los síntomas más habituales de la enfermedad de Newcastle en las aves infectadas incluyen:

Síntomas respiratorios: tos, estornudos, respiración alterada, rinorrea, hinchazón de ojos y cara, dificultad respiratoria (disnea).
Síntomas digestivos: diarrea, heces verdosas y acuosas, lo que a veces se denomina «diarrea verde» lo que se traduce en un menor consumo de pienso y agua (síntomas más predominantes).
Síntomas del sistema nervioso (neurológicos, a menudo en cepas virulentas): torsión del cuello y la cabeza (tortícolis), parálisis de las alas y patas, temblores, descoordinación, marcha en círculos o giros, parálisis y muerte.
Descenso de la producción/calidad de los huevos: las gallinas ponedoras infectadas pueden sufrir un descenso repentino en la producción de huevos o estos pueden presentar una cáscara fina y forma irregular.
Menor actividad y morbilidad: las aves infectadas tienen un aspecto letárgico, decaído y presentan un menor apetito.
Hinchazón de las crestas y carúnculas: en algunos casos, las crestas y carúnculas de las aves infectadas pueden hincharse y tornarse amoratadas.
Mayor mortalidad: en función de la virulencia del virus y la propensión de la población, la enfermedad de Newcastle puede conllevar unas altas tasas de mortalidad, sobre todo en poblaciones no vacunadas o cuya vacunación no se ha realizado correctamente. En las poblaciones no vacunadas, la mortalidad puede llegar al 100 %. (CFSPH, 2016)

Es importante resaltar que los síntomas de la enfermedad de Newcastle pueden solaparse con los de otras enfermedades respiratorias y gastrointestinales en la población avícola. Para obtener un diagnóstico definitivo, normalmente hay que realizar un análisis en laboratorio para confirmar la presencia del virus de la enfermedad de Newcastle. Si sospecha que hay algún caso de enfermedad de Newcastle en su población avícola, es crucial aislar a las aves afectadas, notificar el brote a las autoridades pertinentes y acudir a un veterinario para que confirme la enfermedad y le ofrezca pautas sobre las medidas de control de la enfermedad. Adoptar rápido unas medidas de contención y control es crucial para evitar la propagación del virus a otras aves y así mitigar las pérdidas económicas.

¿Cuáles son los síntomas del virus de la enfermedad de Newcastle (VEN) en las aves infectadas?

El VEN provoca una infección y puede mostrar síntomas clínicos en diversas especies de aves. La gravedad de la enfermedad dependerá de varios factores como la cepa del virus, la edad, el estado de salud y si el ave está vacunada o no. Los síntomas más habituales de la enfermedad de Newcastle en las aves infectadas incluyen:

Síntomas respiratorios: tos, estornudos, respiración alterada, rinorrea, hinchazón de ojos y cara, dificultad respiratoria (disnea).
Síntomas digestivos: diarrea, heces verdosas y acuosas, lo que a veces se denomina «diarrea verde» lo que se traduce en un menor consumo de pienso y agua (síntomas más predominantes).
Síntomas del sistema nervioso (neurológicos, a menudo en cepas virulentas): torsión del cuello y la cabeza (tortícolis), parálisis de las alas y patas, temblores, descoordinación, marcha en círculos o giros, parálisis y muerte.
Descenso de la producción/calidad de los huevos: las gallinas ponedoras infectadas pueden sufrir un descenso repentino en la producción de huevos o estos pueden presentar una cáscara fina y forma irregular.
Menor actividad y morbilidad: las aves infectadas tienen un aspecto letárgico, decaído y presentan un menor apetito.
Hinchazón de las crestas y carúnculas: en algunos casos, las crestas y carúnculas de las aves infectadas pueden hincharse y tornarse amoratadas.
Mayor mortalidad: en función de la virulencia del virus y la propensión de la población, la enfermedad de Newcastle puede conllevar unas altas tasas de mortalidad, sobre todo en poblaciones no vacunadas o cuya vacunación no se ha realizado correctamente. En las poblaciones no vacunadas, la mortalidad puede llegar al 100 %. (CFSPH, 2016)

Es importante resaltar que los síntomas de la enfermedad de Newcastle pueden solaparse con los de otras enfermedades respiratorias y gastrointestinales en la población avícola. Para obtener un diagnóstico definitivo, normalmente hay que realizar un análisis en laboratorio para confirmar la presencia del virus de la enfermedad de Newcastle. Si sospecha que hay algún caso de enfermedad de Newcastle en su población avícola, es crucial aislar a las aves afectadas, notificar el brote a las autoridades pertinentes y acudir a un veterinario para que confirme la enfermedad y le ofrezca pautas sobre las medidas de control de la enfermedad. Adoptar rápido unas medidas de contención y control es crucial para evitar la propagación del virus a otras aves y así mitigar las pérdidas económicas.

¿Cómo se transmite la enfermedad de Newcastle?

Por contacto directo : El virus de la enfermedad de Newcastle (NDV) puede transmitirse por contacto directo entre excrementos y secreciones corporales de animales infectados y animales sensibles (los animales jóvenes son más susceptibles). Esto incluye contactos externos, tales como el contacto pico a pico, la monta o peleas.

Por contacto indirecto :

El virus puede sobrevivir en el entorno dependiendo de las condiciones, en función de factores como la temperatura y la humedad. Los alimentos, el agua, el equipo y las prendas contaminadas pueden servir como vehículos de transmisión indirecta.

Por transmisión aérea: El virus de la enfermedad de Newcastle se puede transmitir por aerosol, especialmente en instalaciones avícolas abarrotadas o mal ventiladas. Las aves infectadas pueden excretarlo al aire a través de secreciones respiratorias cargadas de virus, infectando a las aves cercanas.

A través de aves silvestres infectadas:

Las aves silvestres, en particular las acuáticas y las migratorias, pueden portar y transmitir el virus a las aves domésticas cuando entran en contacto con ellas o con su entorno.

¿Qué medidas pueden tomarse para prevenir la enfermedad de Newcastle?

Evitar la enfermedad de Newcastle es crucial para las operaciones comerciales avícolas y también para las aves de corral domésticas. Para reducir el riesgo de esta enfermedad contagiosa y lesiva a nivel económico, hay que aplicar una combinación de medidas: vacunación, medidas de bioseguridad y vigilancia. Asimismo, resulta crucial consultar con las autoridades agrícolas y veterinarias locales para obtener unas pautas concretas y la normativa aplicable de su zona.

Vacunación

La vacunación es uno de los métodos más eficaces para prevenir la enfermedad de Newcastle en las aves de corral. Hay distintos tipos de vacunas disponibles, incluidas las de virus vivos e inactivados. La elección de la vacuna depende de las circunstancias concretas y la normativa local.

Medidas de bioseguridad/higiene

Es necesario implementar medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas para minimizar el riesgo de que se introduzca y propague el virus. Esto incluye limitar el acceso a la explotación, desinfectar el equipo y mantener un entorno limpio e higiénico.

 

Limpieza y desinfección

  • Mantener el equipo y las instalaciones avícolas y desinfectarlas regularmente para evitar que se desarrolle el virus.

 

Protección, mediante el control de la higiene

  • Ofrecer posibilidades y hacer obligatoria la desinfección de botas, ruedas, vehículos, manos y equipos antes y después de entrar en las instalaciones o al pasar a áreas diferentes de las instalaciones.
  • Limpieza y desinfección de la red de abastecimiento de agua potable y desinfección del agua.
  • La selección, concentración y aplicación del producto es fundamental para una protección satisfactoria.

Protección, mediante el control estructural

  • Movimiento controlado: limite el movimiento de las aves entre explotaciones y restrinja el acceso al personal no esencial para evitar que se produzca la introducción del virus.
Además, la gestión de la calidad del agua también resulta crucial para una correcta gestión de la higiene:

  • Aquatabs.

Fase de limpieza con un detergente adaptado Desinfección y protección Desinfectantes probados contra el virus de la enfermedad de Newcastle.

  • HYPRED FORCE 7.
  • Viroshield + (aprobado por la DEFRA).
  • VIREX (aprobado por la DEFRA).
  • Fumagri OPP (desinfección secundaria, dispersión mediante ULTRADIFFUSION®).
  • FUMAGRI EFFISAFE (botas y vehículos) para superficies y equipos.

Fase de limpieza con un detergente adaptado Desinfección y protección Desinfectantes probados contra el virus de la enfermedad de Newcastle.

  • HYPRED FORCE 7.
  • Viroshield + (aprobado por la DEFRA).
  • VIREX (aprobado por la DEFRA).
  • Fumagri OPP (desinfección secundaria, dispersión mediante ULTRADIFFUSION®).
  • FUMAGRI EFFISAFE (botas y vehículos) para superficies y equipos.

Además, la gestión de la calidad del agua también resulta crucial para una correcta gestión de la higiene:

  • Aquatabs®.

Para más información sobre los productos y su disponibilidad en función de la normativa local, escriba a: [email protected].

Cuarentena

Aísle a las aves recién nacidas antes de juntarlas con la población existente para garantizar que no tienen la enfermedad.

Vigilancia y seguimiento

Someter a un análisis con regularidad a las aves para ver si presentan el virus de la enfermedad de Newcastle, sobre todo si se encuentra en una zona en el que haya habido más brotes.

Formación

Formar a los trabajadores de las explotaciones avícolas y a los dueños de aves de corral sobre los síntomas de la enfermedad de Newcastle y la importancia de denunciar los casos sospechosos lo antes posible.

En caso de brote: notificación y sacrificio

En caso de que se dé un brote, notifíquelo a las autoridades pertinentes y sacrifique a las aves infectadas y expuestas al virus para evitar un mayor nivel de contagio.

Artículos relacionados

Contactar con los expertos de Kersia